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septiembre 28, 2025El embarazo a temprana edad y en la adolescencia constituye actualmente una problemática con profundas implicaciones en la sociedad venezolana. Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), para el año 2020 la tasa de fecundidad adolescente en el país alcanzó los 85,3 nacimientos por cada mil adolescentes, una de las más altas de América Latina. Esta situación evidencia un problema estructural, cuyas causas incluyen el limitado acceso a educación sexual integral y la persistencia de patrones culturales que naturalizan las uniones tempranas.
La normalización de las uniones tempranas ha sido identificada como una norma social de género, especialmente en contextos empobrecidos y rurales, donde suele legitimarse la idea de que la maternidad otorga sentido y madurez a las adolescentes. Esta visión refuerza ciclos de desigualdad y vulneración de derechos.
Ante este panorama, resulta fundamental implementar políticas públicas con enfoque de género. En Venezuela, el Plan Nacional para la Reducción del Embarazo a Temprana Edad y en la Adolescencia (PRETA) propone una ruta estratégica que articula a diversos actores gubernamentales y sociales. Uno de sus pilares es la promoción de la Educación Integral de la Sexualidad (EIS), tanto en espacios escolares como comunitarios, con el objetivo de superar las barreras culturales y sociales que han limitado históricamente el ejercicio pleno de la sexualidad.
Según las Orientaciones Técnicas Internacionales de la UNESCO, la EIS constituye un proceso sistemático, progresivo y permanente que ofrece información científicamente rigurosa, adaptada a la edad y etapa de desarrollo de niñas, niños y adolescentes. Su propósito es fortalecer conocimientos, habilidades y actitudes que les permitan reflexionar críticamente sobre normas sociales, valores culturales y creencias tradicionales que inciden en su desarrollo físico y emocional.
No obstante, persiste el desafío de consolidar una participación efectiva y coordinada de todos los actores sociales en la prevención del embarazo adolescente. Aunque el Plan PRETA reconoce el rol de adolescentes y jóvenes, su involucramiento sigue siendo limitado, lo que demanda un mayor compromiso institucional y comunitario para avanzar hacia respuestas integrales, inclusivas y sostenibles.
Rossie Cedeño Gómez
Socióloga – Lic. en Educación
Activista feminista
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