Prensa CEDESEX (Caracas, Mayo - 21).- Múltiples factores impulsan y propician el desarrollo exponencial de la trata de personas en el mundo. Las mujeres y niñas históricamente representan uno de los grupos más vulnerables, todo ello porque la desigualdad de género sigue siendo un desafío global, considerando que éstas aún sufren desproporcionadamente de prácticas discriminatorias y violentas en todo el planeta.
La trata de personas es reconocida hoy en día como una de las más graves formas y expresiones de violencia basada en género, que afecta de forma devastadora la integridad y la dignidad de sus víctimas, al punto de identificarla como una forma de esclavitud moderna, que ha alcanzado niveles a gran escala.
De acuerdo a datos revelados en el Informe Mundial sobre la Trata de Personas, elaborado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito en 2017, se identifica que las mujeres y niñas constituyen el 70% de las víctimas afectadas por este grave problema social que perjudica según cifras de la Organización Mundial del Trabajo a más de 21 millones de personas en el mundo.
Diversos pueden ser los propósitos para los cuales se ponga en práctica la trata de personas. Dentro de los tipos de explotación se localizan: Explotación Sexual que contempla prostitución que puede ser forzada o no, pornografía, esclavitud sexual, turismo sexual; Matrimonio Servil; Explotación Laboral, que involucra trabajos y servicios forzados; Servidumbre; Extracción de órganos; Experiencia biomédica; Utilización de niños, niñas y adolescentes en actos delictivos; Mendicidad forzada; Adopción irregular; y Reclutamiento forzado.
Todas las personas son posibles víctimas de la trata, sin embargo, existen números factores que pueden hacer que las personas sean más vulnerables a la trata, por ejemplo: edad, género, condición de migración, orientación sexual, identidad de género. La Trata de personas puede ser interna o trasnacional, es decir, que puede implicar un traslado dentro o fuera del país, de manera legal o ilegal.
la pandemia por COVID-19 ha afectado considerablemente la vida de las personas, en especial de las que pertenecen a grupos que se encuentran en mayor vulnerabilidad, como lo son las mujeres y las niñas, pues las cuarentenas, el confinamiento, los cierres de fronteras y las limitaciones a actividades económicas y vida pública han sido eficientes en la contención epidemiológica, más no han podido contener los efectos socioeconómicos, poblacionales y de desarrollo, que han venido recrudeciendo las brechas, desigualdades y discriminaciones ya existentes.
De igual forma, la pandemia ha generado condiciones propicias para la clandestinidad y la dificultad en la acción de instituciones y organizaciones, al punto de afirmar que estamos ante un escenario que recrudece las principales causas subyacentes de la trata y el tráfico de personas, demandando entonces acciones que permitan investigar el fenómeno y accionar para mitigar sus efectos en la vida de las personas.
En el caso de Venezuela, resulta oportuno recordar que antes de la situación de emergencia sanitaria por la COVID-19, la compleja situación de crisis política, económica y social había provocado la migración de 4,9 millones de personas, según cifras de la Plataforma de Coordinación para Refugiados y Migrantes de Venezuela, conformado principalmente por la Organización Internacional de Migraciones (OIM) y la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR); lo cual representa entre el 12% y el 14% de la población total del país, constituyéndose en un factor de riesgo importante, tomando en cuenta la exposición de la población migrante venezolana a ser víctima de trata y tráfico de personas.
Ante tal realidad el Centro de Estudios de Derechos Sexuales y Reproductivos, CEDESEX, se propuso llevar a cabo una investigación cualitativa titulada “La Trata y el Tráfico con fines de Explotación Sexual de Mujeres y Niñas venezolanas en Contexto de Movilidad, en tiempos de COVID-19. Recomendaciones para la Acción, con Enfoque de Derechos y de Género”¸ cuya finalidad es detectar, analizar y actualizar los factores que inciden en el riesgo y la protección de la trata y tráfico de mujeres con fines de explotación sexual para contribuir de manera corresponsable, en la prevención, mitigación y atención de este flagelo, especialmente en el contexto de emergencia sanitaria mundial por COVID-19, con un enfoque de género, derechos humanos y generacional, tomando particular atención a las causas socioeconómicas que constituyen el entorno que pone en condición de vulnerabilidad a las mujeres y niñas venezolanas en situación de movilidad.
Les invitamos a acceder al Resumen Ejecutivo de la investigación a través del siguiente link: