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CEDESEX, Free Convict y Bearded Villains Venezuela se unen para exaltar la verdadera masculinidad



Prensa CEDESEX (Noviembre 2020) En todo el mundo, y especialmente dentro del ámbito de los Derechos Humanos, se reconoce a la violencia contra las mujeres como un obstáculo para construir sociedades inclusivas y sostenibles. Se sabe que la violencia machista hacia las mujeres tiene principalmente sus causas en patrones socio-culturales, los cuales naturalizan una masculinidad violenta, impositiva, irresponsable e indolente, frente a una feminidad sumisa, vulnerable, sentimental y resignada.

Ante tal realidad y en el marco del mes de noviembre, el cual se identifica como el mes de la lucha a favor de la eliminación de la violencia contra la mujer, CEDESEX en sinergia con las organizaciones Free Convict y Bearded Villains Venezuela se unen para alzar sus voces y decir #LaVerdaderaMasculinidadNoEsViolenta.

Para ello se ha activado una campaña en redes sociales, con la cual estas organizaciones buscan posicionar mediante una serie de videos tipo reels que la #ViolenciaNoTeHaceMásMacho. La misma se está desplegando desde su cuentas en instagram @cedesexve, @freeconvict y @beardedvillains_ve, así como también en el resto de sus plataformas sociales.

Es de destacar, que según estimaciones mundiales publicadas por la ONU se conoce que al menos una de cada tres mujeres en el mundo -cerca de un 35%- ha sufrido violencia por parte de su pareja, ello sin contar que algunos datos nacionales disgregados por país, revelan que hasta un 70% de las mujeres ha sufrido en cierto momento de su vida de algún tipo de violencia por parte de compañero. Las cifras de ONU Mujeres señalan además que América Latina es el lugar más letal para ellas, fuera de un contexto de guerra, pues cada día mueren asesinadas nueve mujeres por el simple hecho de ser mujeres. 

Debemos tomar en cuenta que mientras los hombres son asesinados por alguien que ni siquiera conocen, casi la mitad de todas las mujeres son asesinadas por las personas más cercanas a ellas, lo que convierte a los hogares y sus entornos familiares en los lugares más peligrosos, situación que sin lugar a dudas se agrava en tiempos de pandemia por COVID-19, momento en el cual las mujeres se encuentran confinadas en sus hogares con sus potenciales agresores. 

Urge la necesidad de de-construir la masculinidad violenta en la que hemos aprendido a vivir y construir una masculinidad amorosa, respetuosa y responsable, conscientes de que muchas veces los hombres han sido criados de manera violenta, siendo además objeto de malos tratos durante la infancia, han estado expuestos a escenas de violencia doméstica contra sus madres, han vivido en entornos donde se aceptaba la violencia e incluso había normas diferentes para cada sexo. Expresiones como “defiéndete como un hombre” o “macho que se respete no se deja dominar”, entre muchas otras, han naturalizado que los hombres “para ser hombres” deben ser violentos e impositivos. 

Por su parte, las mujeres han estado expuestas a actos de violencia de pareja contra sus madres, han sido objeto de malos tratos durante la infancia, han vivido en entornos en los que se aceptaba la violencia y en los que se les ha enseñado a ser sumisas, calladas y resignadas frente a la violencia. Expresiones como “calladita te ves más bonita” o “mujer tenías que ser”, entre muchas otras, han naturalizado que las mujeres son inferiores y que para ser “mujeres de verdad” deben ser sumisas frente a la superioridad masculina. 

A ello se une una grave realidad y es que los niños y niñas que crecen en familias en las que hay violencia pueden sufrir diversos trastornos conductuales y emocionales, los cuales pueden asociarse también a la comisión o el padecimiento de actos de violencia en fases posteriores de su vida. 

Es hora de que los hombres compartan las tareas de cuidado de manera amorosa, que trabajen en función de formar las nuevas generaciones, asumiendo además una paternidad responsable donde coparticipen activamente en la crianza de sus hij@s de manera amorosa, comprensiva y activa, enseñándoles que para amar y ser amado no hay que ser violento, hecho que finalmente redunda en la conformación de una sociedad más justa, más humana y más igualitaria. 

Haciendo un poco de historia, recordamos que desde 1993, y por resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas, se adoptó que cada 25 de noviembre se conmemorara el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en el marco de esa asamblea se emitió la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer, estableciendo este tipo de violencia como "todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada" (ONU, 1993). La fecha se asumió pues en 1960 las hermanas Mirabal fueron brutalmente asesinadas por ser mujeres y activistas, en donde su único crimen fue haber luchado por sus derechos contra el dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo (1930-1961). 


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